viernes, 23 de diciembre de 2016

Deseos de chocolate de Care Santos

Deseo de chocolate / Care Santos. — Barcelona : Círculo de lectores, D. L. 2014. — 41+ p. : 23 cm.

Care Santos me recuerda un poco a Kate Morton, es una escritora de la que sabes que escriba lo que escriba te va a gustar. Sus historias tienen en común ser intimistas, familiares. Las historias de Care se desarrollan, por lo menos todas las que he leído, en Barcelona. En esta en concreto nos encontraremos con 3 historias independientes con un hilo conductor común: una chocolatera de porcelana.

Sinopsis oficial:

Tres mujeres, tres siglos y la misma chocolatera de exquisita porcelana blanca: Sara: propietaria de un apellido que en Barcelona es sinónimo de chocolate, se enorgullece de dar continuidad a la tradición heredada de sus padres. Aurora: hija de una sirvienta de una familia burguesa del siglo xix, para quien el chocolate es un producto prohibido. Mariana: esposa del fabricante de chocolate más famoso del siglo xviii, abastecedor de la corte francesa e inventor de una máquina prodigiosa. A través de la pasión por el chocolate, Care Santos traza un apasionante viaje en el tiempo en el que recorreremos más de tres siglos de historia, desde su llegada a Europa hasta la sofisticación de nuestros días. Vibrante y adictiva, esta maravillosa novela es un exquisito placer para los sentidos

Impresión personal:

No me suelen gustar las historias que contienen historias independientes porque es como leer tres libros distintos; acabas una historia y debes ponerte enseguida a leer otra. En esta ocasión he hecho una excepción y he leído este libro de Care Santos, con una chocolatera de porcelana de protagonista.

En la primera historia conoceremos a Sara, Max y Oriol Pairot. Sara y Max son matrimonio y Oriol es un amigo común. Los tres se conocieron en un curso sobre chocolate que impartía un gran maestro. El día que realizaron su primera salida juntos Sara compró una chocolatera de porcelana desportillada. Esta chocolatera será clave en la relación que mantienen los tres. Sara es de una familia de chocolateros tradicionales y Oriol se convertirá en un gran maestro chocolatero rompedor con las tradiciones. Sus relaciones se irán entretejiendo y complicando con los años.

La segunda historia es la de Aurora, una doncella en el siglo XIX, que nace huérfana y se cría en casa de su ama a la par que la hija de esta. Aurora cree que su historia estará ligada a la de la hija de su ama, pero en realidad se verá ligada a la chocolatera de porcelana que acabará en sus manos.

Y finalmente la historia de Mariana, en el siglo XVIII, la mujer de un chocolatero que debe enfrentarse a todo el gremio que no aprueba que una mujer esté al frente de una chocolatería.

La voz narrativa también es diferente en cada una de las historias, y esto es un punto a favor por parte de la autora. En la primera, será un narrador omnisciente el que nos contará toda la historia de Sara, Max y Oriol. En la segunda, la voz narrativa utiliza la segunda persona del singular. Te habla a ti. O más bien es la conciencia de Aurora, un Pepito Grillo que todos tenemos y que nos habla en nuestra mente, la que nos irá contando los acontecimientos que le suceden a la protagonista. Y en la tercera historia será Víctor Guillot, un francés que viene en una comitiva mandada por el rey Luis XVI, el que nos contará en primera persona la historia, la suya y la de Mariana. Y por supuesto en todas las historias tendremos el hilo conductor: la chocolatera. En las diferentes historias veremos cómo se han ido produciendo sus desportilladuras y cuál será el motivo de su creación.

Al ser una obra que cuenta tres historias diferentes, por mucho que tengan un pequeño nexo común, es muy difícil hacer una reseña, ya que en el fondo parece que tienes la obligación de hacer una reseña de cada una de las historias. Pero esto nos tomaría demasiado tiempo y a mí no me gustan las reseñas largas, así que os tendré que decir que las historias tienen su punto de interés. Todas consiguen engancharte y desear saber qué ha ocurrido. Las ambientaciones son buenas y están bien conseguidas. Los personajes tienen personalidad y son entrañables. Y el chocolate está presente en todas las historias así como la ciudad de Barcelona, que sería otro punto en común en todas las historias.

En definitiva una historia dulce, como el chocolate, jeje (no lo he podido evitar), que dejará un buen regusto. Pero para mí no ha sido la mejor de las novelas de Care, ya que como decía al principio, no me gustan las historias breves dentro de una novela.





6 comentarios:

  1. A mí lo de que contenga historias distintas no suele molestarme, pero no me lo llevo.
    Espero que pases unas felices fiestas ;-)
    Besos, Nitocris.

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    1. Si, ya sé que a ti te gustan los cuentos ;). Felices fiestas a tí también guapa.
      Un Besazo.

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  2. Hummm, chocolate. Solo con eso ya me tienta, miraré a ver si está en la biblioteca.
    Un saludo y felices fiestas.

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  3. Yo siempre estoy pensando en chocolate...lo tengo en la estantería, a ver cuando me pongo con él...

    Yolanda

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    1. Pues no lo dejes, que estas Navidades seguro que son propicias para degustar un buen chocolate.
      Un besazo

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